Aunque la globalización haya
aumentado los ingresos de la población, según un estudio realizado por el Fondo
Monetario Internacional (FMI), “los ricos también son más ricos”, de modo que
las desigualdades son potenciadas.
Los economistas de la institución
consideran el fenómeno de la globalización positivo teniendo en cuenta que,
"los pobres se encuentran en mejores condiciones", pero en su
análisis destaca que el crecimiento de los grupos acomodados se ha
producido a un mayor ritmo que entre los pobres.
Por lo tanto, aunque la distribución
de los
ingresos individuales ha mejorado el reparto de la
riqueza ha empeorado. Durante las dos
últimas décadas, ha habido una mayor concentración del poder económico a consecuencia de la desregulación de los
mercados. La globalización no contempla ningún mecanismo de redistribución de
la renta.
El avance tecnológico, sobre todo en
economías avanzas, es considerado como otro factor impulsador de las desigualdades según el FMI.
De este modo, ¿Cómo
debemos entender el fenómeno de la globalización? ¿Oportunidad o amenaza?
La respuesta de estas
preguntas variara según los indicadores que utilicemos, es decir, si utilizamos
datos basados en los ingresos, el panorama será muy diferente que si tenemos en
cuenta indicadores del desarrollo humano (IDH). Así pues, la esperanza de vida
puede haber aumentado pero eso no significa que la calidad de vida sea mejor,
ya que, muchos aun se encuentran en la indigencia.
Uno de los principales
problemas de la globalización económica es la falta de equidad entre países
ricos pobres, o incluso entre sectores ricos y pobres dentro de estos países,
tal y como el PNUD A ha declarado.
A modo de conclusión, el
crecimiento del producto por cápita ha sido notable, pero la distribución de
los ingresos se caracteriza por una mayor desigualdad.
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